En el siglo XXI -y seguramente para muchos de los lectores de este espacio- es difícil dimensionar apropiadamente lo que significa poner en la mesa comida abundante y poder compartirla con las personas a las que amamos, respetamos y admiramos. Tal vez por eso es que a los destruccionistas no les gusta la celebración del Día de Gracias.
Creo que es un buen día para ver Saints and Strangers, en Netflix y poner en perspectiva el contexto filosófico, jurídico, económico y políticamente hostil en el que se originó la fiesta de hoy. También te recomiendo este artículo El gran engaño de Acción de gracias.
Estas es una celebración que festeja la vida, la productividad, el ahorro y a la familia y a los amigos. Y no hay que hacerse el papo, ¿a quién no le gusta celebrar aquello? ¿Qué no es eso lo que hacemos el 1 de noviembre con el fiambre? Celebramos virtudes burquesas y el sistema que ha permitido que los pavos y otras delicias no sólo sean para as aristocracias, las oligarquías y los obispos. ¿Qué sistema es ese? El que respeta los derechos individuales de todos por igual, el que respeta el proceso de mercado, el que favorece el intercambio y abomina de las relaciones forzadas, go figure. Tal vez por eso es que a los destruccionistas no les gusta la celebración del Día de Gracias.
Hace un momento mi familia y yo celebramos con una deliciosa cena. Fue una cena íntima, en casa de mi madre. Gracias a todos porque no sólo es que la cena estuviera deliciosa, sino que nos divertimos como micos y siempre es maravilloso sentir ese cariño que sólo se siente alrededor de una mesa cuando se juntan tres generaciones.
El pavo y los demás componentes de la cena no aparecieron de la nada. Fueron posibles gracias al ingenio, la empresarialidad y la productividad de miles de personas que no conocemos. Fueron posibles gracias a nuestra productividad y a la de quienes nos facilitan ser productivos. Fueron posibles gracias a quienes los transportaron y a quienes nos lo vendieron. Fueron posibles porque ahorramos y fueron posibles porque muchos participaron en su elaboración.
En este día, no está de más darles las gracias a aquellos y a quienes valoran nuestros talentos humildes. Gracias a los agricultores, transportistas, comerciantes, industriales, científicos, técnicos y demás que hicieron posibles el pavo, los tomates, las papas, los camotes, los panes, las arvejas, el tocino, los pasteles y demás. Gracias a quienes lavaron los platos, los moldes, los cubiertos y demás. Gracias a quienes hicieron el vino y las gaseosas.
Gracias a mi madre que siempre tiene espacio, siempre tiene tiempo, siempre tiene ganas, siempre tiene buenos consejos, siempre tiene amor, siempre tiene sentido del humor, siempre tiene alegría, siempre nos reúne…y ya no da paletazos. Gracias a mi familia por mantener la tradición.
Actualización: Hice una consulta entre los lectores de @luisficarpediem y 56 personas contestaron: ¿Celebraste el Día de Gracias? De ellos 22 dijeron que sí y que lo disfrutaron; 15 lectores dijeron que no, pero que les gustaría; y 19 personas dijeron que no y que ¿para qué? Me cayó dio algo de tristeza que 19 lectores no encontraran motivos para celebrar, o para estar agradecidos.
Yo si celebré…y lo goce en família…pudimos agradecer el estar juntos la provision para ver nuestro pavo…degustar una nueva receta,un buen vino…si lo celebré y lo volveré a celebrar el próximo año..!!!