Conocí al nim winaq, Tomás Calvo, en agosto de 2012 y hoy toca despedirlo.
Me encontré con don Tomás cuando él y sus compañeros de la Alcaldía indígena de Chuwilá o Chichicastenango llevaron llevaron un facsimil del Popol Vuh al Museo Popol Vuh, para una memorable visita, de aquel libro, que duró una semana.
El nim winaq ofreció unas palabras durante el acto y luego el escribano, Manuel Xiloj, contó acerca del conmovedor encuentro de los principales de Chuwilá con el original del Popol Vuh en la Biblioteca Newberry.
Con ocasión de la visita de los señores Alcaldes, don Manuel, expresó que la municipalidad maya de Santo Tomás Chuwilá se sintió honrada de que el Museo Popol Vuh y la UFM le dieran un techo al facsímil del libro sagrado y a las actividades educativas durante la exhibición. Sabemos la trayectoria del ingeniero Manuel Ayau, que has sido un hombre visionario que ha dejado semilla; y que esa semilla ha germinado. Para él nuestro saludo -donde quiera que esté- y, porque sabemos de la filosofía que él tenía para este país es que nos sentimos honrados de estar en este establecimiento, dijo don Manuel. Muchas gracias a ustedes por cobijar nuestro manuscrito, añadió.
Poco después tuve la oportunidad de tener en mis manos un facsimil del Popol Vuh, en la Biblitoteca Newberry. Aún tengo pendiente ver el original.
En la foto, don Tomás Calvo es el tercero de izquierda a derecha.