En esta semana las redes sociales están llenas de sapos y culebras contra las empresas de seguros. El caso es que circuló la carta de una aseguradora en la que se le informa a la familia de un asegurado -que falleció a balazos, víctima de un acto delincuenical- que el pago de la suma asegurada no procede.
La victima del acto criminal era una persona muy querida y respetada. Entonces, la gente -en línea- se levantó en sumas indignación y ardimiento.
¿Qué podemos aprender de este asunto?
- Que es una razonable obligación de todo asegurado leer las clausulas del seguro que contrata, entender la naturaleza del mismo y en caso de dificultades, consultar y obtener asesoría sobre el mismo. También, informar a su familia acerca de la naturaleza del seguro, o seguros que ha contratado.
- Que hay distintos tipos de seguros y que hay distintos precios para los distintos tipos de seguros. No es lo mismo un seguro de vida, que un seguro de accidentes personales y sueldos asegurados, por ejemplo.
- Que hay distintos tipos de coberturas dentro de un mismo tipo de seguros y que la calidad y cantidad de coberturas tiene distintos precios.
- Que todo ello está especificado en las pólizas, en los beneficios adicionales y en las exclusiones, así como en los endosos.
En casos como el que genera estas meditaciones es muy fácil irse por lo sentimental. ¿Cómo iba a ser de otra forma si hubo asesinato, hay víctimas, hay expectativas y hay decepciones? Pero pasado el momento sentimental, lo mejor que podemos hacer es serenarnos y acudir a la razón. ¿Para qué? Para recordar que podemos evadir la responsabilidad de tomar el control de nuestros asuntos; pero no podemos evadir las consecuencias de no tomar el control de nuestros asuntos.
El estado niñera nos acostumbra a delegar en políticos y burócratas decisiones tan importantes como, cuál es el plan de salud que tenemos, o cuál es el plan de invalidez, vejez y sobrevivencia con el que nos vamos a proteger. Nos acostumbra a que políticos y burócratas deciden cómo va a ser la educación de nuestros hijos. Nos acostumbra a que son los políticos y burócratas los que nos quitan la responsabilidad de evaluar el banco en el que guardamos nuestros ahorros. El estado niñera nos convierte en niños a merced de políticos y burócratas.
Cuando uno contrata un seguro, normalmenente toma la decisión de firmar los papeles sin leerlos. No porque la aseguradora le impida leerlos, o quiera ocultar algo en ellos. Esa es una decisión que uno hace, por cualquiera que sea la razón no sólo cuando contrata seguros, sino en otras circunstancias. Uno lo hace, incluso, cuando baja software y hace uso de servicios en línea. ¿Quién de nosotros ha leído las condiciones de uso de Facebook, por ejemplo? ¿Cuántos de quienes están leyendo esto se quejan de que Facebook hace esto, o aquello…y no leyeron las condiciones en las cuales Facebook les presta el servicio gratuito?
Que pena y que decepción (en el peor de los momentos) cuando resulta que luego de un hecho que uno creía que estaba cubierto por su seguro, no lo está. Comparto el sentimiento de quienes tenían expectativas. Sin embargo, no puede atribuírsele a mala fe la improcedencia del pago de un tipo de seguro que no ha sido contratado. Por más triste que sea el caso (y todos los casos son tristes), no es eso, sino los términos del contrato acordado, de forma libre, voluntaria y pacífica, lo que determina si procede el pago, o no.
¡Por supuesto que las aseguradoras no pagan los seguros más allá de lo acordado; y por supuesto que los beneficiarios tratarán de cobrar los seguros hasta dónde puedan! Pero no caben el pago, ni el cobro fuera de lo contratado. ¡Por supuesto que cabe la posibilidad de fraude en ambas partes! Empero, los tribunales de justicia son los encargados de dirimir las disputas y hacer justicia.
Para tratar de no llegar a aquellos extremos, la lección que podemos aprender de este caso es: Nos corresponde entender bien qué tipo de seguros contratamos; y si no tenemos tiempo para hacerlo por nosotros mismos, lo mejor es consultar con los expertos, que para eso son expertos.
Ilustración por Wikimedia Commons
Hola Luisfi, totalmente de acuerdo, creo que lo único que te faltó mencionar es la competencia para las aseguradoras locales, si mi memoria no falla hay una ley aprobada al respecto en favor de las aseguradoras locales. Saludos.
Tiene razón, Oscar. Ya he escrito sobre eso: http://luisfi61.com/2010/05/13/proteccionismo-descarado-en-seguros/
Saludos