El 14 de julio de 1960 mi madre estaba horrorizada y angustiada porque, desde la Avenida Elena, fue testigo del incendio del viejo hospital neuropsiquiátrico de la ciudad de Guatemala, conocido como El manicomio. En esa tragedia espantosa murieron más de 200 personas. Mi madre dice que nunca va a olvidar los gritos y el olor de aquel infierno.
De aquella tragedia me acordé cuando empecé a ver, en redes sociales, la noticia sobre el incendio en el Hogar seguro virgen de la asunción (¿Hay un nombre más irónico que ese?) en el que murieron al menos 19 niñas y 38 resultaron heridas; 17 de las fallecidas fue por quemaduras.
¿A alguien le sorprende que las menores intentaran protestar por los abusos sexuales y físicos que sufren en en ese hogar que administran políticos y burócratas? Los abusos no son cosa nueva.
Uno de los jóvenes que salió del lugar les contó a periodistas que las niñas fallecidas estaban encerradas en una escuela bajo llave, después de una revuelta que se organizó ayer, cuando 40 muchachos intentaron escapar, y que luego fueron reubicados. Según las primeras informaciones, el fuego fue originado por las niñas en unos colchones….pero habrá que ver los resultados de una investigación.
¿Quiénes estaban en el Hogar seguro virgen de la asunción? Más de 800 menores en un sitio diseñado para 400. El lugar atendía a niños y adolescentes de 0 a 18 años que han sido víctimas de violencia física, psicológica y sexual. En el lugar se encuentran menores abandonados, niñez en situación de calle o con alguna problemática adictiva. Algunos de los jóvenes que están en ese lugar han sido víctimas de explotación sexual, laboral y adopciones irregulares. El Hogar seguro virgen de la asunción no es (¿o era?) un centro de reclusión para menores en conflicto con la ley; y los chicos y chicas que viven ahí son enviados a ese lugar por un juez con el fin de protegerlos. Esto dicen las autoridades; pero me cuesta tanto creerlo. En todo caso, habrá que esperar los resultados de una investigación.
Esta tragedia -que es una tragedia de todos- llora sangre; porque los políticos y funcionarios hacinan niños para protegerlos, los exponen a abusos indecibles cuando no los cometen, bloquean las adopciones y como en otros asuntos que están a su cargo (como la educación y la salud de los más pobres, o las prisiones), se pierden vidas humanas. ¡Pero hay gentes que reciben sueldos para esto!, sueldos pagados con el dinero quitado a los tributarios. No desde hace un año, ni desde hace dos, sino desde…seguramente desde siempre.
Allá por 1974 visité varias veces el antiguo Hospital San Juan de Dios (el que se cayó por el terremoto de 1976) y secciones de ese lugar que daba miedo habían sido parte del viejo manicomio. En algunas paredes, me explicaron mis padres, todavía se veían rastros del humo y el fuego que había matado a 200. ¿Dónde quedarán las huellas de las 19 niñas muertas de hoy? ¿Qué clase de huellas quedarán en las 38 heridas? ¿Sanarán las huellas de los abusos? ¿Quiénes rendirán cuentas?
Actualización: el número de fallecidas subió a 40. 🙁
Foto 1 de elPeriódico; y foto 2 de Prensa Libre.
Es un ejemplo más de la gran burocracia que al final no sirve de nada, nadie es responsable de nada, hay avisos y nos quedamos en reuniones, conferencias, comites y mesas de diálogo pero acciones efectivas cero. Cuantos niños que vivían en este infierno no hubieran sido adoptados hace años y vivieran con una familia amorosa, sin importar en que país. Tantas instituciones supuestamente responsables y ahora a jugar ping pong con la responsabilidad