Para rechazar la nueva puñalada tributaria que pretenden los pipoldermos, un grupo de mandantes salió a manifestar el sábado en la Plaza de la Constitución al grito de ¡No más impuestos, no más corrupción!
Por medio del hashtag #NoMasImpuestos, distintos grupos y personas individuales convocaron a este primer encuentro en la Plaza con aquel propósito.
¿Quiénes estábamos ahí? Los de siempre, gente como tu y yo. Muchos entendemos que los impuestos son una forma de robo para distribuir el dinero ajeno entre la clientela de los que están en el poder. La mayoría entiende que es inaceptable que los pipoldermos demanden más dinero de los tributarios si antes no han eliminado todos los privilegios del Presupuesto del estado, y si antes no han demostrado que han erradicado las plazas fantasmas, los pactos colectivos leoninos, la corrupción, los abusos y otros vicios en los que se desperdicia el dinero que ya reciben de quienes trabajan para ganarlo.
¿Quiénes faltaron? Los que se fueron a sus casas en Río Dulce, o en San Marino. Los que en vez de defender principios, negocian tasas. Aquellos para quienes Q500,000 más, o menos , ni les quitan, ni les ponen; aquellos para quienes Q1 millón, o Q2 millones en impuestos adicionales no significan que van a ver afectados sus niveles de vida. No estaban las que sólo se quejan en los cuchubales y los que sólo se quejan, chela en mano, frente a la tele viendo un clásico. Faltaron los que, con cara de desesperados se te acercan y te preguntan: ¿Qué podemos hacer?
¿Quiénes más faltaron? La dirigencia popular y los grupos como la Universidad de San Carlos, o los sindicatos que llenaban la Plaza el año pasado. En realidad muchos de ellos viven de los impuestos y aunque posiblemente intuyan que en el largo plazo son pan para hoy y hambre para mañana, sus prejuicios ideológicos les impiden ver más allá del presente inmediato. No llegaron los que creen que los impuestos son sólo para los ricos.
¿Quiénes no estaban? No estaban muchos de los lectores de este espacio y muchas de las personas que ponen Like en Facebook, o comparten memes en redes sociales, o retuitean. No estaban los miles y miles de personas que llegaron a la Plaza cuando se trataba de defenestrar a Otto Pérez y Roxana Baldetti.
Tengo una hipótesis de por qué es eso. En parte porque la mayoría de personas apacigua su conciencia ciudadana en el teclado y con el dedo índice; pero en parte porque -como ocurría en la Revolución Francesa- la mayoría de la gente se siente motivada a llegar a la plaza cuando se trata de ir a pedir que rueden cabezas y a ver cómo ruedan las cabezas. El resto del tiempo, es más cómodo quedarse en la poltrona y no salir a defender la vida, la libertad y la propiedad. Total…siempre hay otros que estarán ahí para hacer ese trabajo bajo el sol, o bajo la lluvia (me imagino que piensan). Además, la mayoría de la gente no se da cuenta de que paga impuestos porque en realidad no los paga. Los impuestos se los quitan y cuando reciben sus cheques ya está hecho el descuento por lo que la gente no hace un desembolso.
Con todo y todo, pareciera ser que el odio es un motivador más efectivo que la lucha contra la corrupción, o la lucha contra la expoliación. Y tal vez porque es más ¿emocionante? ir a pedir ¡Otro toro! a la plaza (como ocurrió a la caída de don Manuel Estrada Cabrera en es misma plaza para pedir linchamientos en 1920), que oponerse al saqueo del propio bolsillo.
¿Quiénes sí estaban frente al Palacio Nacional el sábado? Una señora que estuvo bajo el sol como dos horas con dos tapaderas de ollas y una mirada digna. Un joven de mirada clara que mantuvo alzado un cartel durante ese mismo tiempo. Una pareja de esposos admirables que da la cara y exige respeto. Los chicos de Anonymous. Familias, ancianos, patojos, una señora que arrastraba la pierna para caminar y otra en silla de ruedas. Es la gente que sabe que más impuestos son menos, o ningún ahorro para emergencias (o para cumplir sueños); más dificultad para pagar el colegio y la mensualidad de la casa, o la del carro; menos ropa para los niños y así. Es la gente que sabe que más impuestos son más oportunidades para la corrupción y los privilegios.
Yo fui por mí…y estaré ahí para la próxima; no por odio, sino para defenderme.