Hoy, @jevaldiz escribió: El problema en las cárceles se olvidará con el siguiente accidente de bus y este será olvidado por otra muerte por extorsión…y algunos de sus lectores le contestaron cosas como Así suele suceder en nuestra Chapinlandia, todos al parecer tenemos la memoria muy volátil; Si ustedes, los generadores de opinión, los que tienen el poder con la pluma o la palabra así lo deciden, así será; Así suele suceder en todas partes del mundo.
Creo que José Eduardo y los lectores cuyas opiniones recogí tienen tantita razón. Pero hay diferencias entre los tres fenómenos. Los políticos y funcionarios (el estado) no son directamente responsables de las extorsiones, aunque su obligación fundamental es proveer de seguridad y de justicia a los mandantes; Los políticos y funcionarios (el estado) són sólo parcialmente responsables de los busazos porque, si bien es cierto que ellos no prestan el servicio, sí es cierto que se han atribuido la tarea (que no cumplen) de supervisar y hasta autorizar la prestación del servicio. En cambio, en el tema penitenciario (porque es uno de los componentes fundamentales del sistema de justicia junto al Organismo Judicial y el Ministerio Público), los políticos y funcionarios (el estado) tienen total y absoluta responsabilidad moral, política y administrativa.
Es un tema que ellos deben resolver; pero…¿qué ha pasado hasta ahora? Ayer, más de 48 horas después del asesinato (¿o ejecución?) del capitán Byron Lima y de la muerte de otras 13 personas en Pavón, las autoridades hicieron una requisa y, ¿qué encontraron? Güaro y cervezas, armas de fuego (que a saber si fueron las usadas en los actos violentos citados), granadas, walkie-talkies, una pulidora de pisos, algo de marihuana. Con referencia a las armas usadas en la matanza del lunes, cuando vimos la noticia de esta requisa, un cuate comentó: Esas armas ya caminaron. ¡En 48 horas! cualquier cosa puede ocurrir. Hoy, tres funcionarios de presidios fueron destituidos. ¿Será procesado alguien?
Aquello que encontraron las autoridades en la requisa de ayer, ¿es lo que quedó luego de la requisa de la semana pasada? ¿Fue ingresado entre la requisa de la semana pasada y la del miércoles?
Ha sido puesto en evidencia (¡Otra vez!) que los pipoldermos (de todos los tiempos) hacen en las prisiones lo mismo que hacen en la educación, la salud y en la seguridad social estatales y en mucho más: las hacen piñata, las vuelven focos de abusos, y defraudan a todos los que caen en ellas. Pero en el caso de las cárceles lo ominoso es peor porque los presos se hallan privados de libertad, porque no es raro que haya presos que son inocentes, porque el aislamiento del mundo exterior hace que los abusos sean de otro nivel y porque los reos están bajo la custodia del estado. Cuando cualquier preso (o 13 y una visitante) es asesinado (¿o ejecutado?) el custodio tiene responsabilidad, por irresponsable.
En el sistema penitenciario los guatemaltecos tenemos un problema grave y urgente que solucionar. De mis clases de Derecho Penal con el recordado exmagistrado Francisco Fonseca Penedo, recuerdo que, apesar de sus inconvenientes, la pena de privación de libertad es la consecuencia jurídica prevaleciente para quienes conscientemente cometen crímenes y delitos –en las sociedades modernas– . La pena de cárcel se basa en la necesidad de segregar a los delincuentes y principalmente a los criminales, y en el hecho de que los actos de aquel tipo deben tener consecuencias jurídicas (castigos). Sin embargo, en una sociedad civilizada es inaceptable que aquella segregación y aquella consecuencia jurídica no se base en un mínimo de humanidad. Y eso implica –entre otras cosas– una garantía de seguridad para los reclusos y sus visitantes. Esto es porque los presos y sus visitantes (que son personas, aunque se trate de criminales peligrosos) se hallan bajo la custodia del estado (o sea de los políticos y sus funcionarios.
Todo esto implica no sólo apoyo político y prespuestario para el sistema penitenciario (en vez de desperdiciar recursos en plazas fantasma y en satisfacer las demandas del clientelismo en el Presupuesto del estado), sino que pasa por apoyo a los recursos humanos y al personal que está a cargo de las cárceles. Así como los policías y otros funcionarios del sistema de justicia, el personal que está a cargo de las prisiones trabaja en condiciones precarias no sólo en cuanto a equipo, sin en cuanto a apoyo de parte de sus superiores y en cuanto a apoyo como recursos humanos que son.
Ilustración por Vincent van Gogh [CC-BY-SA-3.0 ], via Wikimedia Commons
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