¿A dónde irá, veloz y fatigada?

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Aquí se les tocan las golondrinas a los que se van: ¿A dooónde iraaá veloooz y fatigaaada, la golondriiina que de aquiií se vaaa.  Así que para la embajada de Noruega: Las golondrinas.

La embajada de aquel país fue instrumental durante el proceso de paz.  Fue clave para rescatar a la exguerrilla de la irrelevancia en la que había caído luego de que sus patrones en la URSS–vía Cuba– hubieran cerrado la tienda y los dejaran chiflando en la loma.  Lo que ya no les dio tiempo de hacer a los noruegos –ni a otros– fue rescatar a la exguerrilla de su intrascendencia luego de que en las últimas elecciones su coalición alcanzara 2.11% de los votos, a duras penas.

El excandidato presidencial de la URNG pregunta si el cierre de aquella embajada es el fin de la paz; y sospecha que no se debe a razones financieras –como dijo la representación diplomática –, sino a algo mucho más profundo.  Por su parte, el analista Roberto Wagner observó que el cierre de embajadas de Noruega ha ocurrido en países en los que el gobierno de aquel país ha hecho inversiones fuertes y se preguntó hasta qué punto el cierre obedece a una evaluación de resultados.  Me pregunto si el apoyo noruego al proyecto revolucionario por medio de la violencia, y mediante el uso del sufragio universal (¿Tal vez motivados por las leyes de Jante?), no produjo los resultados esperados.  ¿Quién sabrá?

La de Noruega no es la única embajada europea vinculada al proceso de rescatar a la guerrilla, que ha abandonado Guatemala.  En enero de 2012 la embajada de los Países Bajos pasó a retirarse, ¿Porque Guatemala no valía el costo de estar aquí, o porque evaluaron los resultados de sus proyectos y se dieron cuenta de que no había relación entre costos y resultados?  Vaya uno a saber.

Por cierto que en abril 2008 Holanda tuvo que ofrecerle disculpas al gobierno de Guatemala por las declaraciones impertinentes del embajador Kempes con respecto a temas tributario.  Este hecho es notable ahora que Iván Velásquez, de la CICIG, se metió a recomendar más tributos,  justo cuando apenas estamos atisbando la dimensión del saqueo al que hemos sido sometidos los chapines.

Columna publicada en elPeriódico.

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