Nos gustan los cuentos porque los seres humanos tenemos la facilidad de proyectarnos en historias de otros; y el cuento nos provee con la química exacta para imaginarlo todo, dice la educadora y contadora de cuentos, Mercedes Blanco, en esta conversación que tuve con ella el viernes 13 pasado. Los cuentos pueden ser contados por distintas personas y cada público puede interpretarlos de acuerdo con su experiencia, su vivencia y su imaginación. El gusto por los cuentos es ancestral.
Mercedes nos habla de la relación entre el teatro, la lectura y la narración. También nos habla acerca de las diferencias entre los cuentos para adultos y los cuentos para niños. Mercedes nos cuenta qué es lo que estropea un buen cuento. Francisca y la muerte es un cuento que ella cuenta siempre porque tiene mucho que enseñarnos con respecto a la actitud de la protagonista frente a a la vida.
Mercedes participó en el Club del Terror, de la Biblioteca Ludwig von Mises en la Universidad Francisco Marroquín.