El alcalde Alvaro Arzú dispuso prohibir los circos con animales. El dios del Palacio de la Loba no quiere que en la ciudad de Guatemala se presenten espectáculos circenses con animales salvajes, o domésticos.
Personalmente no veo la necesidad de que haya animales en los circos; y aunque me gustan los espectáculos con animales, me incomoda el maltrato que pudieran recibir en algunos casos. Sin embargo, me incomoda mucho más que una autoridad disponga prohibir un tipo de espectáculo; y sobre todo que la prohibición la haga por sí y ante sí, sin consultar con la representación de los habitantes del municipio. No está en línea, pero en la edición impresa de Prensa Libre se informa que la decisión de Arzú no cuenta con la aprobación del Concejo metropolitano. ¿Eso es cierto?
¿Qué más va a prohibir el munícipe porque no le agrada, o no está de acuerdo? ¿Los hot dogs, las pizzas y las hamburguesas porque son muy grasosas? ¿Las gaseosas porque tienen mucha azúcar? ¿Más de un automóvil por familia, o que uses tu auto en ciertos días? Es el tipo de cosas que hacen los alcaldes tipo Arzú que creen que pueden regularle la vida a las personas -sobre todo cuando no se comportan como a ellos les gusta-.
¡Por supuesto que me opongo al maltrato brutal contra los animales! Creo que la gente que maltrata a los animales debería ser obeto de repudio social. No porque los animales tengan derechos (como creen algunos por error), sino porque la crueldad -toda crueldad- debería ser mal vista en una sociedad de personas civilizadas. Siendo que los animales son particularmente indefensos frente a nuestra capacidad para dominarlos, la brutalidad contra ellos es particularmente injustificable.
Injustificable es, también, que un funcionario use el poder discrecional que tiene para prohibir conductas que -sin ser criminales- pudieran ser merecedoras de repudio.
¿En dónde se va a columpiar el mono de oro?
Qué pena!, para variar siempre criticando cuando alguien más tiene el coraje suficiente para modificar cosas que sirvan para que seamos menos salvajes. Como lo solucionaría usted señor Figueroa? No yendo al circo? Y el resto de la población?
El siguiente paso del alcade podria ser el prohibir a los habitantes de este municipio tener mascotas en casa ya que, del mismo modo, habra presuncion de culpabilidad y asumira que todos los dueños mltratan a sus mascotas.