En la Primaria cuando yo era niño y alguien quería demostrar que algo no le importaba, lo que se decía era algo así como Soy de hule y me rebota, soy de lata y me resbala. Era una forma más elegante y cándida de decir: Me la pela.
De aquello me acordé cuando leí que la vicepresidenta, Roxana Baldetti, se reunió con los 22 secretarios departamentales del partido oficial, el Partido Patriota, en la Casa Presidencial donde -entre otras cosas- analizó con ellos la estrategia de campaña para el próximo año. Baldetti está actuando como dirigente del partido oficial cuando pesa sobre ella una resolución del Tribunal Supremo Electoral que le prohibe actuar como secretaria general del PP, resolución confirmada por la Corte de Constitucionalidad.
¿Por qué pesa sobre ella aquella prohibición? Porque organizó la proclamación del precandidato presidencial de su partido, de forma ilegal, antes de la convocatoria a elecciones. Con aquella acción desafió a la ley y al TSE; y con la acción de ayer volvió a hacerlo. Fue sancionada por su conducta ilegal…pero, ¿le importa?
Soy de hule y me rebota, parece que le estuviera diciendo a la máxima autoridad electoral y a la máxima autoridad constitucional. Soy de lata y me resbala, pareciera que le está diciendo a la ley, a la institucionalidad y a los tributarios y electores.
En la Primaria, cuando alguien era desafiado y no reaccionaba los compañeros decían que Se dejaba sobar la cara. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, ¿se están dejando sobar la cara? Qué autoridad tienen, o piensan que tienen, si dejan pasar este tipo de actitudes irrespetuosas y abusadoras? ¿Qué garantía para el proceso electoral son, si no ejercen autoridad y no infunden respeto?
La foto es de hule, recién salido del árbol que lo produce.
