¡Que bueno que fui a ver La gata sobre el tejado caliente! La producción de la Organización para las Artes de la Universidad Francisco Marroquín y la dirección de Guillermo Ramírez le hizo justicia a aquel clásico de Tennessee Williams.
La gata es un drama intenso sobre la familia, las relaciones paterno-filiales, el amor, la codicia y la hipocresía; La producción que vimos el sábado logró que el público participara de los dilemas y problemas de la familia Pollitt.
Alma Monsanto y Luis Escobedo se lucieron en sus papeles. La escenografía, la iluminación y los efectos especiales fueron estupendos. Felicitaciones a todo el equipo por esta presentación.
El maestro Salvador Aguado-Andreut explicaba que, para los griegos, el teatro era un acto de paideia; es decir, un acto de formación y educación; uno de transmisión de valores. Edipo rey, decía, nos enseña que no debemos envidiar a otros; y menos antes de que su vida haya concluido. Yo no diría que La gata es un acto de transmisión de valores; pero sí es uno que invita al público a cuestionar y a meditar acerca del origen de los valores que decimos sostener. ¿Son nuestros, o fueron puestos en nosotros? ¿Amamos a nuestras familias, o las toleramos? ¿Por qué amamos y qué es lo que amamos?
No estoy muy seguro de cuándo fue la primera vez que fui al teatro. Pudo ser en la Secundaria cuando del colegio nos llevaron a ver Los árboles mueren de pie; o si fue en aquella misma época cuando con mi abuela, Frances y mi madre fuimos a ver Hazte el quite, doña Queta en el Teatro del Puente, de Dick y Dialma Smith. Como quiera que fuera, el teatro me fascinó y me fascina. Disfruto muchísimo cuando la historia y los actores me capturan y me hacen partícipe de lo que está en escena.
He tenido dos experiencias brevérrrimas en el teatro: En 2009 participé en Holiday of Musicals, en el papel de un estudiante; y en 2008 mi rol consistió en armar una discusión y luego una guerra de panes -desde el público- en la producción de De monstruos y prodigios.
Aprecio a usted los conceptos en torno a nuestra labor dramática y le bendigo por apoyar el desarrollo cultural de Guatemala. Cuénteme, por favor, entre sus amigos.