Es un suicidio continuar con el actual sistema educativo.
En la Antigua, padres de familia esperaron por casi 72 horas con el propósito de conseguir un cupo para sus hijas en el Instituto Normal para Señoritas Olimpia Leal. No te imaginas lo que a mí me indigna que sucedan cosas así. Suceden porque los institutos del sistema educativo estatal no tienen un sistema de selección en el que se les asignen los puestos a los estudiantes más calificados. Los puestos se asignan de acuerdo con el sistema PEPS (Primero que entra, primero que sale) y por eso es que la gente tiene que llegar a hacer cola y dormir en las calles.
Los resultados preliminares de las evaluaciones a graduandos de 2013 muestran el fracaso de la educación estatizada y estandarizada: 91.8 por ciento tuvo malos resultados en matemática, y 73.7 por ciento los tuvo en lectura. Es evidente que los jóvenes no están adquiriendo competencias, habilidades y destrezas mínimas. ¡El sistema educativo estatizado y estandarizado está engañando a los chicos y a sus encargados!
Es suicida continuar con el actual sistema educativo.
Lástima que se eliminó PRONADE, que diferencia, los niños recibían clases todos los días, y la educación era mejor, dirigida por los padres de familia. Las escuelas oficiales, al menos las que yo tengo cerca, faltan mínimo un día a la semana, pensemos cuanto dejan de aprender con ese 20% menos de clases, cuando no faltan aparte un mes entero como hace unos dos o tres años.
“Mónica Navas, una madre de familia, aguantó las inclemencias del tiempo y durmió a la intemperie, porque no tiene dinero para pagar un colegio.”
Desde el punto de vista de estos padres hay necesidad de educación, una vez cubierta esa necesidad ya se plantearán y cuestionarán la calidad de la misma. Es como estar muriendo de sed en un desierto y ponernos a analizar la calidad de agua que nos ofrecen.
El problema está en las bases, la pobreza extrema trae desnutrición y con la desnutrición ya puede estar el mejor sistema educativo del mundo que esas mentes no podrán aprovecharlo.
Para pensar en educación de calidad primero procuremos tener niños sanos.