Tolkien ha sido para muchos autores, yo incluido, la chispa que nos incitó a escribir. Por otro lado Ayn Rand nos ha brindado una ventana de pensamiento alterno, la posibilidad de creer en el ideal humano, y hacer de si hombres y mujeres en razón, lógica y de autodominio, dice el escritor guatemalteco Paul Andreas Wunderlich, autor de El lóbrego pastor y El príncipe de la malicia. “El lóbrego pastor” fue creado para generar a un personaje, a un héroe, a la luz, a la razón, explicó.