Ayer fui a donde doña Mela en busca de tortitas de yuca con miel de abejas, con mis cuates Victoria y Emilio; y me encontré con que unos parroquianos habían contratado música. Y las tortitas estuvieron deliciosas, como siempre; y nos gozamos la música en vivo.
Sería por la hora y el día, pero antes, me acuerdo que era prácticamente imposible comer ahí, por la gran cantidad de personas que habían haciendo sus pedidos.
Había que hacer el pedido completo a la primera, porque si se olvidaba algo o se antojaba alguna otra cosa para después, hacer ese segundo pedido, podía tomar una media hora al menos.
Muy buenos recuerdos.
Cabal, Pepe. Llegué como a las 4 de la tarde y tuve muchísima suerte de que todavía hubiera tortitas.