En 1902, luego del terremoto de San Perfecto, al compositor quetzalteco Mariano Valverde convirtió aquel movimiento telúrico en música hermosa. Noche de luna entre ruinas, el vals, nos recuerda la grandeza de los seres humanos que, en medio de la tragedia, se levantan, son solidarios, y encuentran tiempo y ánimos para que la vida continúe y para la belleza.