El viernes cenaron, en casa, los Jóvenes Embajadores de Taiwán y preparamos pasta con salsa de crema y lorocos para ellos; acompañada por una magnífica ensalada con portobellos y mi aderezo preferido de chiles asados y pepitoria. Por último helado de chico, preparado en la casa.
La salsa evoca la tradiconal chapina que, en el Oriente del país, se usa para preparar pollo con lorocos y sólo lleva, mantequilla, cebolla, lorocos, sal, pimienta negra y crema (en algunos hogares le ponen un poquito de tomates picados; pero yo prefiero sin tomates). Otra forma chapina de comer lorocos es en tamalitos y en arroz.
Fue una velada muy alegre y nos reímos bastante; y gracias a mi cuata, Sabina, por la foto que ilustra esta nota.