Los maestros chapines no sólo son víctimas de su propia dirigencia gremial; también son víctimas de otro tipo de delincuencia.
Maestros que viajan, a diario, a poblaciones de Jalapa y San Pedro Pinula son asaltados -constantemente- por personas que les interceptan el paso a los vehículos en los que viajan. Ls asaltantes los despojan de sus motos y de otras pertenencias. Recientemente, tres maestras fueron ultrajadas.
Esto me recordó que hace unos días leí que Más de 600 maestros en Acapulco, México, han sido amenazados de secuestro y robo presuntamente por bandas del crimen organizado, que les exigen el 50% de su salario y de su aguinaldo, por lo que pararon labores en 140 planteles.
El año pasado, En Ciudad Juárez, se intensificaron las amenazas contra los maestros para que entreguen sus aginaldos y las amenazas fueron hechas por medio de graffitti en las paredes de las escuelas.
Mientras que la dirigencia magisterial usa a los maestros como peones en el ajedréz político; los verdaderos problemas no se resuelven y corren el riesgo de empeorar.