Los funcionarios que hayan manejado fondos públicos y que ahora opten a un cargo de elección tienen que presentar su finiquito al inscribirse, porque así lo estable la Ley de Probidad. Mis felicitaciones al Tribunal Supremo Electoral por resistirse a la presión de los Partidos Políticos en el sentido de que fuera permitido que los candidatos fueran inscritos sin su finiquito.
¡Aaaaaaaaaaah, recua de sinvergüenzas! Y después, ¿sáben qué me da entre risa y rabia? Que esos mismos funcionarios luego juran y protestan que van a cumplir y a hacer cumplir la ley.
Representantes de distintos partidos políticos le habían solicitado al TSE que fuese flexible al exigir la presentación de aquel documento dadas las dificultades que tienen sus candidatos para obtenerlo en la Contraloría General de Cuentas. El finiquito es una constancia que garantiza que los funcionarios no tienen juicios de cuentas pendientes ni multas sin pagar por irregularidades financieras en el manejo del dinero de los tributarios.
El solo hecho de haber hecho esa solicitud, debiera ser motivo para no ser inscrito.