El gallo de los huevos -quien en vida bien pudo ser Nacho, el gallo mas macho- fue uno de los detalles más divertidos de mi excursión por la Costa. Primero creí que era una gallina; porque es usual que los recipientes destinados a guardar los huevos tengan forma de gallina. Pero ahí está que no. El destino final de este gallo fue el de cuidar de los huevos para el desayuno.