¡Vaya!, como me alegro de que esté siendo reparado el Puente Los Esclavos, obra del período colonial, que se le atribuye al Diablo.
Según la leyenda, hace poco más de 400 años el esclavo que estaba encargado de la construcción del puente le vendió su alma al Príncipe de las Tineblas, a cambio que la obra fuera terminada. Una vez concluida esta, el esclavo se le escapó a Satanás y este, enojado, le quitó una piedra al puente para que no quedara concluido. Según la tradición, la piedra que quitó Belzebú desaparece cada vez que alguien trata de reponerla.
Mis amigos Roberto y Amable me cuentan que este no es el único puente que ha tendido el diablo. Lucifer hizo el puente de Navacoyan en Durango, México; e hizo una obra similar en Gorias, España.