Lecciones de la gasolina cara

La conciencia de que los precios de las gasolinas están altos está causando que los usuarios sean más prudentes en el uso de sus vehículos.  La gente optimiza y mide el uso de sus vehículos, porque sabe que si no lo hace, tendrá que pagar las consecuencias.  Literalmente.

¿Qué pasaría si los precios de las gasolinas fueran subsidiados con dinero de los tributarios?  Aparte de que ocurriría una transferencia inmoral de recursos; lo que ocurriría es que la gente dejaría de estar conciente del precio real de los combustibles y ya no tendría incentivo alguno para optimizar el uso de sus vehículos, ni para hacerlo con prudencia.

El tráfico, que se ha reducido porque la gente usa menos sus automóviles, volvería a los niveles que tenía cuando a la gente parecía no importarle lo que tenía que pagar por los combustibles.

Una vez más, y como siempre, los precios están actuando como mensajeros para que las personas tomen decisiones racionales y asignen sus recursos en donde más les importa y les conviene.  Sin precios reales o subsidiados, las personas recibirían información alterada y tomarían decisiones con información falsa.

En Occidente ha aumentado el contrabando porque es más barato traer combustibles mexicano, que pagar el sobreprecio que -por impuestos- tienen aquí los combustibles.  Es que, ¿cómo iba a ser de otra forma si allá el combustible es $1.5 más barato que aquí? ¿Por qué es que los consumidores no iban a querer gasolinas más baratas?

Veamos…¿y qué pasaría si se le pusieran precios topes a las gasolinas?  Pasaría que los expendedores marginales tendrían que cerrar sus negocios y que mucha gente que despacha gasolina o trabaja como seguridad en las gasolineras se quedaría sin trabajo.  Pasaría lo que pasaba cuando se le ponía precio tope a cualquier cosa.  Ustedes talvez ya no se acuerdan…pero cuando se le ponían precios topes al pan, a las baterías, al papel toilette y a otras cosas, estas desaparecían y había que comprarlas o de mala calidad, o de contrabando.

Podemos evadir la realidad; pero no es posible evadir las consecuencias de evadir la realidad.  Esa es la lección valiosa que nos está dejando la gasolina cara.

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  1. Lo mismo sucede cuando el agua está subsidiada. Al no reflejarse el precio real (de mercado) que el agua tiene, la gente hace un uso inmedido. Esto probablemente provocará escasez de este recurso en el algún momento. Si el agua funcionará dentro de un mercado libre sin intervención estatal, seguramente tendríamos que pagar más por su consumo, pero nos aseguraríamos de hacer un uso más controlado del mismo que a la larga evitaría que este bien escaseara.
    Cuando los gobernantes intervienen en la economía a través de estos subsidios, a parte de la transferencia inmoral de recursos que comentás; distorsionan el mercado, generando ineficiencias y escasez; además de dar un pésimo servicio. En una sociedad verdaderamente libre y próspera nunca faltan las personas que por caridad estén dispuestas a subsidiar voluntariamente a las personas que lo necesitan. Es únicamente de esta forma en la que deben existir los subsidios.