Ayer me enteré de que el buche, no es buche. Una de mis comidas típicas chapinas favoritas es ese picadillo que conocemos como buche y yo siempre creí -desde que era niño- que se trataba de un plato hecho con aquella bolsa que, en las aves, se almacenan, humedecen y ablandan los alimentos para digerirlos lentamente. Pero ahí está que no. El buche que comemos en tortillas, picado con tomate, cebolla y hierbas, es, en realidad, panza de cerdo.
De eso me enteré ayer, cuando pasé por el comedor de doña Mela a comerme una tortita de yuca con miel de abejas. Y bueno, igual me sigue gustando el buche e igual seguiré disfrutando las tortillas con esa delicadeza chapina.
A pesar de lo anterior, la frase chapina que dice que te voy a agarrar del buche sigue queriendo decir te voy a agarrar del cogote.