Vaya, ¡que sorpresa!, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social adjudicó-a un precio duplicado- la compra un medicamento que está prohibido en los Estados Unidos de América y en la Unión Europea porque se sospecha que causó 18 muertes.
Yo digo que urge reformar el seguro social. Digo que aquella conquista de la Revolución debería servir a los afiliados y no a los políticos socialistas y a los empresaurios que se hacen de ella una piñata. Yo digo que si el IGSS compra medicinas potencialmente asesinas y que si se las administra a la población vulnerable que depende de él, algo está mal, pero muy mal.
Digo que el seguro social monopólico va contra los intereses de la gente más necesitada.
Actualización: Casi pasa inadvertido; pero…el ministro de Salud informó que las medicinas en cuestión fueron incineradas. Así que siempre sí. La noticia fue publicada en la página 10 de Prensa Libre del 27 de enero de 2011.