Encantador quiere decir que obra maravillas mediante el uso de fórmulas mágicas y que cautiva por medio de la hermosura, la gracia o el talento. Y, pues bien, Mummenschanz es un espectáculo encantador. Y la supuesta magia, claro, tiene que ver con aquellos talento, gracia y hermosura con que manejan las formas, los colores, el movimiento, las luces…y alguito, pero sólo alguito de sonido.
Es muy apropiado que la Universidad Francisco Marroquín haya usado la imágen de Mummenschanz para compartir la frase de Deidre N. McCloskey en el sentido de que Virtuosity is some evidence of virtue.
Uno se maravilla y se divierte mucho con este espectáculo que aveces parece un sueño y aveces parece alucinación. Yo lo había visto ya, cuando vino hace unos años, y estaba ansioso por volver a disfrutar de esta maravilla. Si puede, no se lo pierda hoy a las 7:30 p.m. Con este espectáculo comienza la temporada del Festival Bravissimo 2011, de la Organización para las Artes de la Universidad Francisco Marroquín.
Tuve, además, la dicha de cenar con el equipo de Mummenschanz y de platicar con esta persona extraordinaria que es Floriana Frassetto, una de los miembros de la compañía. En la foto también nos acompañan Rafaella, Ian y Pietro. Pietro, por cierto, es el propietario del Café Etna, y hace un café estupendo.
Aunque el inicio de la función se atrasó, debido a problemas con la aduana chapina, la espera valió la pena y la gente que llenó Auditorium salió muy contenta, luego de conocer a los personajes entrañables que iluminaron el escenario. No tengo fotos de la función porque la misma requiere oscuridad total y no se admiten fuentes de luz en el Auditorium; pero en el sitio Web de la compañía, enlazado arriba, pueden verse muestras lo que hacen estos magos de la luz, el color y el movimiento.
Luis Fi,
me uno a tu apreciación de este espectáculo que es, sencillamente, maravilloso! Es interesantísimo poder reír, sentir, sorprenderse, solamente con un gesto de un tubo, de una bolsa gigante. Además, el espectáculo llegó a chicos y, jeje, no tan chicos. Saludos, Andrea.