The Washington Post publicó hoy que la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala encontró irregularidades en los procesos de adopción chapines; y que para jugarle la vuelta a la prohibición de adopciones internacionales, niños guatemaltecos han sido dados a extranjeros que, para taparle el ojo al macho, actuarían como padres temporales o foster parents. Entre 2007 y junio pasado, las adopciones internacionales estuvieron prohibidas.
Ahora bien, usted sabe que el monopolio de las adopciones está en manos en el Consejo Nacional de Adopciones que, según la ley antiadopciones y sus patrocinadores, iba a acabar con todas las malas prácticas en las adopciones. Sin embargo, ahora nos enteramos de que las malas prácticas continúan, sólo que ahora concentradas y centralizadas en aquella organización.
Mucho se habló de robos de bebés y de expedientes irregulares. Y, aunque el procedimiento anterior pasaba por las manos de jueces y funcionarios de la Procuraduría General de la Nación, aunque fueran tramitados por notarios, en prisión no hay ni ex jueces, ni ex funcionarios, ni notarios. Sin embargo, el CNA se convirtió en un cuello de botella que acabó con las esperanzas de muchos niños, y, encima, se le juega la vuelta a la ley arbitrariamente si fuera cierto lo que indica el reporte de la Cicig, citado por The Washington Post.
Actualización: El reporte citado hace mención de jueces y funcionarios que incumplieron con su misión de proteger a los niños. Esto es novedad, porque hasta antes de esa mención, sólo se les echaba el muerto a los notarios, sin que el estado y sus funcionarios asumieran la responsabilidad que le correspondía. En esa complicidad entre notarios y funcionarios sinvergüenzas, estaba la raíz del problema. No en la descentralización de los procedimientos, ni en la ausencia de un monopolio en manos de políticos y funcionarios. La implicación de políticos y funcionarios en el negocio impide que se garantice que los niños no son robados, ni comprados.
Gracias al cuate, Joe, por la pista.