A esta organillera la encontré en la Sexta avenida de la zona 1, el 15 de septiembre pasado durante los
festejos de la Independencia. A mí me caen muy en gracia los
organillos y a la gente siempre le llaman la atención. Hace unos tres años
me encontré a otro en el
Cementerio General; y, a principios de este año, cuando visité el
Museo de los Músicos Invisibles, descubrí una buena fuente de información sobre estos instrumentos y su fabricación aquí en Guatemala.
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