Lo primero que llama la atención, de los huevos de chompipe o chunto, es su tamaño y que son pecosos. Son más grandes que los huevos corrientes de gallina y lucen su cáscara pringada. Cuando uno los va a preparar, la cáscara es bastante más dura que la de los huevos de gallina, y la yema es mucho, pero mucho más espesa.
Hoy me desayuné con uno de estos huevos de chompime, mismos que compré en El Rancho cuando fui a visitar aquella población luego de la tormenta Agatha. Me los preparé revueltos y acompañados con frijoles parados.
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