Arena volcánica y Robert Schumann

Fue durante Escenas de la juventud, Op. 15, de Robert Schumann e interpretadas por Roberto Prosseda, que escuché que la lluvia estaba particularmente fuerte. Supuse eso porque se oía que la lluvia golpeaba el techo del Auditorium Juan Bautista Gutiérrez, de la Universidad Francisco Marroquín.

Al llegar al intermedio salí al jardín; y mientras platicaba con mis amigos, nos dimos cuenta de que que no era lluvia lo que estaba cayendo del cielo, sino arena. ¡Arena del volcán de Pacaya! El piso estaba cubierto como con una alfombra de terciopelo; y no resistí la tentación de escribir Luisfi, en ella.
Luego vimos que los automóviles estaban cubiertos con la arena, con una capa gruesa de arena. Y bueno…ahí empieza uno a suponer que la cosa no es así nomás. Para comenzar hubo que cancelar el concierto, decisión atinada ya que el tráfico en la ciudad podía ser peligroso. Aunque el personal de la UFM instaló mangueras y ayudó a quitar la arena de los vehículos, mi auto todavía tenía suficiente arena encima como para que no fuera conveniente poner los limpiabrisas; y como estaba lloviendo, igual no iba a poder ver bien. Algo así debe haberle ocurrido a muchísima gente más.
El camino a mi casa fue largo y tenso porque iba a vuelta de rueda, con el parabrisas lleno de arena y agua, y sin poder usar los limpiabrisas. Pero llegué a salvo.
En la casa entró algo de arena; pero no mucha. Mi amiga, Carol, tuvo que quedarse aquí en la casa porque ella vive en la carretera a El Salvador. Yo tengo arena en la cabeza y la arena entró hasta en las bolsas de mi chaqueta. Desde mi ventana, todavía se ven autos circulando, pero van muy despacio.
Prosseda, que estaba magnífico, por cierto, se presentará el sábado 29, en la Casa Popenoe, en La Antigua; y el programa incluirá a Federico Chopin por supuesto, a Robert Schumann, y a Felix Mendelssohn.
…y bueno, mañana será otro día.

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