Alegre apareamiento de los cenzontles

Esta es la temporada de apareamiento de los cenzontles; y qué mejor lugar para escucharlos que el campus de la Universidad Francisco Marroquín y su Arboretum. He aquí un enlace a la grabación que hizo hoy en la madrugada mi amiga Rebeca, de la alagarabía que arman aquellas aves.

Con un grupo de amigos y por iniciativa de mi amiga, Mayra, dispusimos llegar a escuchar las vocalizaciones de los tordos. A las 4:00 a.m. nos apostamos en el Jardín Manuel F. Ayau y ahí escuchamos la gran variedad de cantos de estas aves. La visita fue guiada por el ornitólogo Héctor Castañeda.
Los cenzontles vocalizan para atraer pareja. Con ese propósito, no utilizan plumaje llamativo ya que este no haría diferencia alguna con la luz de la madrugada y menos entre las copas oscuras de los árboles. La estrategia evolutiva de los tordos es la de atraer pareja mediante vocalizaciones de lo más variadas; pero no sólo eso, para no tener que competir con otras aves, estos pájaros evolucionaron de modo que se despiertan una hora antes que otros plumíferos y así tienen, sólo para ellos, la hora que hay entre las 4:00 y las 5:00 a.m. De esa forma, sus vocalizaciones no se confunden con las de otras aves y son los amos y señores del bosque.
Con eso de que los cenzontles imitan otros sonidos, recuerdo haber oído a historia de que mi bisabuela, Adela, tenía un cenzontle mexicano que imitaba los gorgoritos de los policías de tiempos de Jorge Ubico. Un día unos policías llamaron a la puerta de la casa de mi bisabuela para inquirír por qué es que en esa casa tocaban pitos propios de las fuerzas del orden. Y cuál fue su sorpresa cuando mi bisabuela le mostró que no habían tales gorgoritos de policía en su casa, sin que era el cenzontle mexicano.

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