Explicación para Diego Emilio

Diego Emilio estuvo dejando comentarios en Carpe Diem; pero no los firmaba. Como no se hacía responsable de sus opiniones, yo no los publicaba. La mara que visita con regularidad este espacio sabe que Carpe Diem es un espacio privado de uso público y que, como tal, las reglas de participación las pone el propietario, que soy yo.


Las reglas sólo son dos: 1. Que quienes quieran participar se identifiquen, como me identifico yo; y que se hagan responsables de sus opiniones, como me hago responsable yo. Esto es porque la libertad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda. 2. Que no se puede insultar a mis amigos, ni a las personas a las que quiero y respeto.

A mí me parecen dos reglas razonables.

Hace un rato Diego Emilio escribió un comentario que dice: Me parece ridículo y a la vez chistoso que todos los comentarios de la gente que no está de acuerdo con este artículo sean borrados. RIDÍCULO. Y como ha sido su costumbre no lo firmó. De modo que fue un comentario anónimo, cuyo autor no se hizo responsable de él. ¿¡Y así quería que lo publicara?!

Pero Diego Emilio y agarró la onda y, ¡por fín!, se decidió a dar la cara. Y al rato, escribió el siguiente comentario: Por cierto, no soy anónimo. Mi nombre es Diego Emilio Contreras Arriola y soy guatemalteco. Me puede escribir a svymjs@yahoo.com por cualquier duda. Ojalá que respete mi libertad de expresión.

¡Claro mano!, ahora que por fin dijo quién es, ¡ahora ya no es anónimo! Siempre que se haga responsable de sus opiniones y cumpla con la regla 2 -aunque esté en desacuerdo con las mías- usted y cualquiera son bienvenidos en este espacio. Pero por favor, no me venga que no era anónimo cuando no firmaba sus comentarios.

Por último, respeto su libertad de expresión; pero si usted quiere usar mi espacio (que es mío) para expresarse, usted debería tener la bonhomía de cumplir con las dos reglas sencillas de arriba. Esto es, le repito, porque la libertad y la responsabilidad son inseparables; y porque si yo me identifico plenamente -hasta con mi carota- en este que es mi espacio, tengo sobrado derecho de exigir y demandar que aquellos que quieran usarlo se identifiquen también.

En Carpe Diem me encantan las polémicas y he sostenido varias y me encanta que la mara cuestione las ideas; pero, por favor, yo sólo tomo en serio a la mara que asume la responsabilidad de sus opiniones y no se esconde detrás de anónimos. De hecho, las polémicas le atraen lectores a Carpe Diem y por eso las necesito. Pero no con anónimos. Ahora que al fin se identificó Diego Emilio, ojalá que sus visitas sean frecuentes, y ojalá que sus ideas enciendan discusiones.

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