No se imaginan los lectores, el atore de risa que me agarró cuando leí que Rafael Espadita Espada comentó que tras revistar el Plan Trifinio descubrió que las cuentas no cuadran y que solicitó una auditoría de los 10 años anteriores.
A ver. Por supuesto que no dudo que no cuadren las cuentas porque el Plan Trifinio no tendría por qué ser distinto a cualquiera otra entidad en la que políticos y burócratas disponen de dinero que, por ser de todos no es de nadie. Tampoco dudo que auditorías de 10, 15, o 20 años vayan a encontrar cantidades navegables de irregularidades y de corrupción en esa, o en otra oficina estatal en la que se hace fiesta, lo que no cuesta.
Lo que me da risa -y mucha- es que Espadita haya ido a buscar esqueletos en el armario del Trifinio, y arme un alboroto de auditoría, cuando en Mi familia progresa y en otros programas de la administración que dirige con Los Colom la venalidad prospera al amparo de las sombras y del secretismo cuando no es descarada. ¿Con qué propósito querrá involucrar a las administraciones de Eduardo Stein y Paco Reyes? Opino, yo, que es para distraer, sin perjuicio de la posibilidad de que sean interesantes los hallazgos de la investigación.
Vaya a ver usted, por ejemplo, si
Espadita se interesa por los 10 mil euros que dono la embajadora Ramis
para la Navidad de las viudas de los pilotos, y que resulta que nadie se tomó la molestia de repartir entre las supuestas beneficiadas. Vea usted si el Vicepresidente se interesa por esclarecer el negocio de las
magdalenas; o si se anima a entrarle a los misterios presupuestarios de Mi familia progresa.
Comments
comments
This entry was posted on martes, febrero 16th, 2010 at 6:51 pm and is filed under corrupción, Rafael Espada.
You can follow any comments to this entry through the RSS 2.0 feed.
Both comments and pings are currently closed.