A partir del proceso constitucional de 1985 el Tribunal Supremo Electoral funcionó y se constituyó en una fortaleza institucional. Con un marco legal razonablemente bueno, e integrada por muchos juristas notables y de reconocida honorabilidad, el TSE ha sido uno de los fundamentos más sólidos, y uno de los pocos, para la consolidación de la República y la funcionabilidad de la democracia.
¿A qué fines sirve
estrangularlo ahora? ¿A qué fines sirve todo ese desastre alrededor del Documento Personal de Identificación? ¿Quiénes se benefician en este río revuelto?
Mi hipótesis es que los beneficiados son quienes actualmente detentan el poder; porque a la luz de que no hay día de Dios en el que no se les expongan actos de corrupción, y a la luz de lo que ocurrió con Alfonso Portillo, quienes actualmente detentan el poder saben que no deben perderlo, ¡a cualquier costo!
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This entry was posted on jueves, febrero 4th, 2010 at 9:43 pm and is filed under política, TSE.
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