Mi madre vino ayer, a casa, a ayudarme a hacer el pastel de frutas para la cena de Navidad. Esta delicia que lleva
jerez, miel de abejas, especias, nueces y frutas es de una receta que descubrimos en los años 70. A mí me gusta mucho porque su sabor es bien balanceado y por el aroma del
sherry. Y la otra ventaja es que se puede hacer en el último momento.
En casa, este pastel de frutas forma parte del repertorio de postres navideño; mismo que incluye el
Mincemeat Pie, que era el favorito de mi padre y una de las especialidades de mi abuela Frances; y una variedad de
galletas. A mí me gusta alternar año con año y algo que no he hecho, pero que me gustaría hacer, es un
puding de ciruelas.
Recuerdo, por cierto, que una vez mi abuela preparó un
puding con
persimones que estaba delicioso. Ojalá y encuentre la receta.
Mientras tanto…entre ayer y hoy nos bajamos uno de los pasteles que hicimos y espero que el que está programado para la Nochebuena sobreviva.
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This entry was posted on miércoles, diciembre 23rd, 2009 at 11:05 pm and is filed under costumbres, Navidad, Nora de Figueroa, tradiciones.
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De panes y sabores…y recuerdos y esperanza…feliz navidad, que los tamales te sigan sonriendo, Andrea.