¡Hijos!, y si sólo leyera pintas, en vez de diarios, ¿con qué me encontraría? Con pintas como esta y con consignas seteneteras. Pero yo la tengo contra las pintas porque desde chiquito sabía que quien pinta pared y mesa, demuestra su bajeza.
Además, si no leyera diarios, cómo me enteraría -en un sólo paquete- de donde es que hay las ofertas que me convienen, a qué deudos debería irles a dar el pésame, quiénes de mis amigos talentosos están ganando premios, o participando en exposiciones y cosas así.
Los diarios, además, tienen para mí un gusto especial. Me place, de sobremanera, desayunar mientras los leo. Ahora ya sólo estoy suscrito a uno (porque hay que reducir costos) y los otros les echo un ojo en la Web antes de ir a la oficina, para luego leerlos allá. Pero me resisto a dejarlos todos de una sola vez porque medisfruto mucho mi café con leche, mis panes de manteca, mis frijoles y mis huevos acompañados por el sonido de las páginas de un diario y por el placer de leer en papel. Y…es que a mí me gusta leer en papel.
Admitirá usted que no es lo mismo desayunar mientras uno lee pintas, que hacerlo con un periódico a la mano.
De todos modos y desde siempre, los chapines la han tenido con los diarios. Ahora no me crea; pero seguramente fue en alguna obra de Pepe Milla que leí que ya en el siglo XIX los guatemaltecos eramos muy tacaños con los diarios; y el célebre costumbrista contaba que era común que en una manzana uno de los vecinos estuviera suscrito a un diario y que todos los demás lo leyeran por turnos.
Leo diarios, con regularidad, dede que tenía unos ocho años. Pero ya antes estaba familiarizado con ellos. Recuerdo muy bien cuando tenía cerca de seis y mi abuelito Jorge me leía las tiras cómicas de no recuerdo si de El Imparcial, o de La Hora. El primero me incomodaba mucho porque era tamaño estándar; y recuerdo que mi padre trató de enseñarme a doblarlo como lo doblaban en el metro de Nueva York, según él para que yo lo pudiera leer con comodidad.
En casa de mis padres siempre se recibían dos diarios y en ellos fui descubriendo a los columnistas favoritos de mi niñez: Antonio Nájera, Jim Bishop, Guzmán de Alfarache, y Manuel José Arce. Y también tiras cómicas como El fantasma, Mandrake, Ojo Rojo, El príncipe Valiente, y otras.
Con un diario, mi abuela, Frances me enseñó a hacer crucigramas y mi tío Freddy me enseñó los rudimentos del ajedréz. Y resulté mucho mejor para los primeros que para el segundo.
Con un diario les enseñamos a Simón, a Manix y a la Panchita -los mejores perros del universo mundo- a no ensuciar la casa.
En un diario crecí, y en otro crecí más. En un diario ví la foto de mi nana, Elena, cuando era llevada por unos policías luego de una riña en una cantina (¿o me lo imaginé?); en diarios envuelvo mi vida cuando tengo que mudarme de un lugar a otro; y con un diario espantaré a los gusanos durante mi último viaje.
La verdad sea dicha, no cambio los diarios por las pintas.
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This entry was posted on lunes, junio 22nd, 2009 at 11:08 am and is filed under Cámara Guatemalteca de Periodismo, El Imparcial, Frances de Figueroa, Jorge Jurado, José Milla, letreros.
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Yo no tengo blog y soy uno de sus lectores, pero nunca he dejado comentarios. Sin embargo, ahora sí lo haré esperando que no me censure. Estoy de acuerdo con eso de "el que pinta pared y mesa…", pues varias veces he tenido que pintar sobre rótulos que han dejado enfrente de mi casa. Lo que me extraña es que usted no haya criticado a quienes pintaron cruces en la vía pública, con pintura blanca, lo que provocó ciertas confusiones en los conductores.Otra cosa: usted es fiel defensor de la libertad de expresión y lo felicito. Pero no ha dicho nada por ese discurso anticomunista que se anda echando Giovanni Fratti y que ya fue denunciado por la periodista Marielos Monzón.Yo lo voy a seguir leyendo a usted Luis, pero quisiera que me aclarara su posición en esos dos casos.Ramiro Palma
Leer pintas no informa. Son repeticiones burdas, automáticas y poco reflexivas.Leer diario informa más pero muestra visiones llenas de interéses.Leer blogs informa mucho más porque el blogger tiene interés de cambio legítimo.
Hola Ramiro. En este espacio, que es un espacio privado de uso público no se censura. Eso sí, no publico anónimos porque los considero indignos y cobardes. Usted entenderá que si yo doy la cara y pongo mi nombre, tengo derecho a exigir que quienes deseen usar mi espacio hagan, por lo menos, lo mismo. Tampoco publico insultos contra mis amigos porque qué clase de cuate sería yo si facilitara mi espacio para que otros injurien a las personas que aprecio. Las cruces fueron hechas con pintura lavable, no fueron hechas en paredes ni en mesas (y menos en espacios privados). Es posible que en algunos hayan ocasionado "ciertas confusiones", y sería bueno saber exactamente cuáles y entre quiénes.Con respecto a las personas que menciona, yo creo que cada quién tiene derecho a su opinión en tanto se haga responsable de ella. Yo no comparto puntos de vista con todos, pero tampoco opino sobre todo (¿a qué hora iba a poder hacer eso?). Y encima, hay cosas que, por disparatadas y desatinadas, no merecen comentario alguno.Gracias por leer Carpe Diem, y por identificarse. Aveces recibo comentarios muy interesantes que, por venir anónimos, no publico ya sean a favor, o en contra de mis propuestas y comentarios. Saludos.
desayunar sin diarios no es desayunar, un cafe.. los huevos y los frijoles no "sustentan" igual sin un periódico impreso. Yo también me quedé solo con una suscripción… coincido en que no hay nada como leer en papel
Si puedo meter mi cuchara, creo que la situacion entre Giovanni Fratti y Marielos Monzòn, puede reducirse a una diferencia ideologica entre ellos, lo que es penoso es que se ventile en los medios, y aun mas penoso es tomar partido segun nuestra posicion ideològica sin aceptar la posibilidad de que uno de los dos (quizas al que comparta nuestra ideologia) este equivocado o haya abusado de su posicion de comunicador.Hay que darle a las cosas su justo valor, y no hacer de una diferencia personal una batalla ideologica.
La Hora me recuerda a mi abuelito, quien tenia una barberia cerca del conservatorio, gustaba de leer la hora y cuando habia un acontecimiento pedia a su amigo periodista que lo publicara.Eso del periodico me hace pensar en nuestro fiel voceador que tiene desde que yo tengo memoria de traer la prensa a casa de mis papas. Me conoce desde la edad que tienen mis hijas, me conocio sino todos, varios de mis novios, nos vio salir hacia el salon para arreglarme en el dia de mi boda y saluda ahora a mis hijas con su gran sonrisa de siempre y lo peor de todo es que no se su nombre!!!!
A mí tampoco me gustan las pintadas… las detecto, me resultan propias del vandalismo.Benditas y placenteras costumbres las de leer los diarios en el desayuno, compuesto de los ingredientes descritos. La diferencia es que los frijoles y huevos sólo los desayuno cuando viajo a Centroamérica en vacaciones. Pero el resto del año me levanto hora y media antes para leer en la Web la información de todo el mundo hispano, los diarios más importantes de España y Latinoamérica, acompañado de café con leche y pan tostado con tomate natural, jamón serrano y regado de aceite de oliva. Lo que la tierra nos da.Saludos.