Mi oficina está siendo invadida. Invadida por intensos y sensuales aromas a tierra y a hierba mojadas. ¡¿Cómo no?!, si está cayendo una de esas lluvias torrenciales, pero casi efímeras, que empapan el valle de la ciudad de Guatemala y que por momentos parecen anunciar un diluvio de epopeya.
Mi ventana se llena de imágenes, de sonidos y de aromas que invitan a salir y a contemplar. Mi espíritu, entonces, se llena de ese gozo que traen el agua y la vida.
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This entry was posted on miércoles, mayo 27th, 2009 at 9:52 pm and is filed under Guatemala.
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Que envidia. De este lado de la ciudad, la lluvia decidió no venir. Pero el calor vino con todo. Disfruta de lleno!
¿Cómo no habría uno de regocijarse con esa música magnífica producida entre el agua y la tierra en un lugar tan verde, pletórico de vegetación? Sí, es hermoso el momento que bien se transmite en esa excelente fotografía.Saludos cordiales.
Qué lindo ¿no? Mi “jardín” se llenó de tréboles y de sus pequeñas y silvestres florecitas lila. Los agapantos no tardan en parir y del rosal no dejan de brotar hermosas bailarinas rojas. Sólo el clavel está en huelga… ya se animará.¡Feliz día!