ProReforma, Carolina, Alvaro y la naftalina
Sigo esperando…esperando y esperando, una buena crítica de ProReforma; o, por lo menos, una que no esté basada en deformaciones, cuando no en mentiras. Veamos, por ejemplo, lo que escribieron, ayer, Carolina Escobar y Alvaro Velásquez.
Dice Escobar que ProReforma se vende como una idea nueva, pero que se sustenta sobre ideas y prácticas de siglos; y así, arrastrado de los pelos, vincula el concepto de Senado en ProReforma, con el de Senado que tenían los romanos. Y con esa falacia y superficialidad -sin entrar a explicar la importancia que en ProReforma tiene que el Congreso se ocupe de mandatos y de regulaciones; y que el Senado se ocupe de las leyes generales, abstractas e impersonales- la columnista desdeña la propuesta. Es más, tan no entendió este importante elemento, que cree que la propuesta se basa en el sistema bicameral estadounidense sólo porque vió homónimos.
Luego se inventa que ProReforma quiere liquidar el sistema partidario, pinta con brocha gordísima al confundir al liberalismo con el conservadurismo, y no ve nada malo en que los intereses de las mayorías (o de las minorías que dicen representarla) atenten contra los derechos individuales.
Muchá, así no se puede.
Ahora veamos a Velásquez que arremete contra Friedrich A. Hayek, como si las buenas ideas, como las que sirven de tierra y de semilla para ProReforma pudieran ser invalidadas sólo porque primero las tuvo fulano, o porque primero las tuvo mengano. De hecho, ¿fué Isaac Newton el que dijo que si hemos podido ver más lejos es porque estamos parados en hombros de gigantes? ¿A dónde iríamos a parar si cada día tuviéramos que inventar el agua azucarada? De hecho, conceptos como el respeto a los derechos individuales de todos, y la igualdad de todos ante la ley, son de alguien más, ¿y qué?
Seguramente Velásquez es un pensador originalísimo y por eso le molesta que otros no lo sean. Digo yo, porque, ¿de qué otra forma se explica que desdeñe ProReforma porque es una buena idea de otros?
Más adelante, Velásquez se pierde en un soliloquio acerca de los partidos políticos que nada tiene que ver con la propuesta que supuestamente está criticando.
Muchá, así no se puede. A mí se me hace que la naftalina los mareó a los dos y sólo me dejaron con ganas de entrarle a una discusión seria de ProReforma. Muchá, ProReforma no es perfecta; pero, ¿tienen ustedes una mejor? Tan no es perfecta que sería bueno que alguien con alguna capacidad más allá de las falacias, las mentiras y las superficialidades iniciara una discusión profunda sobre los aspectos de fondo que tienen que resolverse dentro de la propuesta.
Pero no les voy a dar pistas…más bien, espero de los críticos oficiosos de la propuesta, un poco de rigor intelectual para que estas discusiones se eleven de nivel. Esto sería bueno porque si las discusiones siguen al nivel que las tienen Carolina, Alvaro y Wachik´aj, por ejemplo, perdemos la oportunidad de una discusión cívica rica y hermosa, que nos ayudaría muchísimo a crecer como ciudadanos.
Lo mas triste de todo es que nadie hace propuestas razonables.Si sumammos a esto la carencia de líderes legitimos, seguiremos a la deriva, pagando altos costos de aprendizaje y violencia.Pro-Reforma es la única propuesta seria que hay. Tenés razón debemos analizarla, discutirla a fondo, argumentar razonablemente contra ella, pero jamás debemos descalificarla solo por hacerlo. Ese tipo de discusión desmerece la posición de intelectuales de quienes la emiten y no le sirve a la sociedad. Es increíble la falta de seriedad de algunos articulistas en los medios, no parecen conscientes de la gran responsabilidad que descansa sobre sus hombros.