¡Vaya hombre!

Alvaro San Nicolás Colom, presidente socialdemócrata de Guatemala, “está molesto y afirma que ya no se reunirá con la dirigencia de los empresarios” agrupada en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financiaras.


¿Y cuál es el purrún del Presidente? Que la cúpula empresarial no le ha aceptado su paquetazo tributario; y le ha pedido que los gastos del gobierno no sobrepasen el presupuesto del año pasado. ¡Vaya hombre!  A ver si los dirigentes del CACIF aguantan la presión y no terminan dando el piojo como suele suceder.  

Total, San Nicolás ya sabe que aquí, todo se negocia.  Diferente, ¡muy diferente!, sería si el gobierno les preguntara a todos los tributarios -y no sólo a los agricultores, banqueros, comerciantes e industriales- si están dispuestos a pagar el costo de tener gobierno.

Y muy diferente sería, también si se negociara sobre principios, y no sobre tasas y cuotas.  ¿Qué principios?

Para comenzar, que el presupuesto no debe servir para atender las necesidades de los grupos de intereses parasitarios.

Que el gasto no debe ser mayor que la inversión; y que la inversión debe ser racional y priorizada.

Cuando se habla de impuestos, hay preguntas que deberían ser respondidas:

1. Si una persona no puede tomar por la fuerza recursos ajenos, ¿por qué es que la cultura tributaria si permite que varias personas tomen recursos de otros por la fuerza?
2. ¿Podemos darle a la administración o al gobierno, facultades que no tenemos como individuos?
3. ¿Para qué, exactamente, y a quiénes sirve el gobierno?
4. ¿Para qué sirven los impuestos?
5. ¿Cuánto cuesta tener el gobierno que tenemos?
6. ¿Puedo exigir que otros paguen mis aficiones, mis intereses, mis irresponsabilidades y mis rentas?
7. Si algo es por obligación, ¿es virtuoso?
8. Si el costo de tener gobierno no se basa en la igualdad de todos ante la ley, ¿es ético?
9. Si consiento que los frutos de mi trabajo, de mi talento y de mi tiempo sean tomados por la fuerza, desperdiciados, malgastados e incluso distribuidos entre quienes los necesitan menos que yo, ¿qué clase de persona soy?
10. El contribuyente, ¿es contribuyente?

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