Una trampa mortal

La iniciativa de ley que prohibe comercializar publicidad en TV Maya es una trampa.  Una trampa mortal.  

Si la dirigencia indigenista permite que ese cepo le sea colocado a los medios que usufructúan, no sólo estarán contribuyendo a la consolidación del monopolio de la television abierta en Guatemala; sino que, ¡peor aún!, se estarán condenando indefinidamente a depender de las dádivas políticas que les dispensen desde el Ejecutivo.
Si la dirigencia indigenista dobla la cerviz frente a esta pretensión, nunca será independiente.   La cuestión aquí, no es de si TV Maya debe ser lucrativa, o no, como pretenden hacer creer los que promueven la prohibición citada.  El verdadero problema es que si los canales 5 y 12 no pueden garantizar su independencia económica por medio de publicidad, su independencia editorial y conceptual estará comprometida, siempre a la espera de que se le asignen fondos del Presupuesto del Estado…y que luego, quienes ejerzan la facultad de entregar esos fondos, o no, cumplan con entregarlos, o con entregarlos a tiempo.
Es evidente que si el sostenimiento de TV Maya va a depender de los políticos de turno, la dirigencia indigenista se verá arrinconada cada año fiscal;  y tendrá que mantener contentos a los que los proveen de fondos.  
No es lo mismo competir por los anunciantes individuales y depender de 10 ó 50 de ellos; que depender de un sólo que, además, es veleidosamente político a la hora de dispensar los fondos que administra.
Si TV Maya acepta la prohibición, dejará de ser un órgano cultural maya, para pasar a ser un órgano político de quienes estén de turno en el gobierno.  

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