Q260 mil fue el costo visible (¿y de cuánto será el invisible?) del fracasado Concierto de Solidaridad que la administración socialdemócrata organizó el sábado.
La mara no se apuntó para el espectáculo…ni para llevar las contribuciones que pedían los organizadores.
El precio de entrada (o sea las contribuciones), tuvo que ser rebajado a una sexta parte de su valor.
Alvaro San Nicolás Colom no llegó porque a esa misma hora era la boda de su secretaria. A Sandra Evita, tampoco se la vió por ahí.
Varias calles y avenidas fueron cerradas al paso de los autos.
El costo visible de esta mala inversión solidaria fue de Q260 mil que la administración, por medio de la Dirección General de Educación Física, pagó por el escenario. El costo invisible está integrado por, por lo menos, el valor del fuerte dispositivo de vigilancia a cargo de la Policía Nacional Civil y del Ejército, así como por el costo del traslado de las contribuiciones en vehículos y por personal de la Institución Armada. Todo eso sin contar que, en el costo invisible, hay que sumar la energía, el tiempo, el talento y el trabajo de los por lo menos 20 artistas y bandas que iban a estar en el Concierto (¿Les pagarían algo?). ¿Hubo comisiones entre los costos invisibles?
Todos aquellos recursos de los tributarios terminaron en muy poca cosa, ¿a qué costo?
