La piñata del subsidio al transporte colectivo urbano seguirá vigente. La administración elevó aquella transferencia de recursos -suyos y míos-. ¡Así, no hay impuestos que alcancen!
Los propietarios de autobuses seguirán haciendo negocio, los usuarios seguirán teniento un servicio mediocre y a precios irreales, y la solución para el transporte colectivo urbano seguirá diferida para el día del juicio por la tarde y después de la bulla.