Hasta en el socialismo más rabioso, la realidad se impone. Hugo Chávez anunció la eliminación de un impuesto a las transacciones financieras de las empresas y acordó flexibilizar los trámites para adquirir dólares para la importación de bienes de capital, como parte de una serie de medidas que buscan impulsar la economía de Venezuela, que tuvo una fuerte desaceleración en el primer trimestre en medio de una elevada inflación.
El Presidente reconoció que el tributo de las transacciones financieras —de 1.5 por ciento en las cuentas de depósito, fondos de activos líquidos, fiduciarios, cheques y cancelaciones de deudas— “en verdad es un impuesto que frena el proceso productivo, que tiene una carga inflacionaria” .
Chávez prometió que en lo que resta del año no tiene planes de decretar ningún otro “impuesto más”.
Lo bueno de la realidad es que -como no depende de nuestros caprichos, ideologías ni prejuicios- si uno la puede identificar tiene ventaja sobre los demás, puede aprender de sus errores y puede contribuir a mejorar las cosas.
Talvez podemos aprender algo del peculiar mandatario venezolano. En época de crisis, en lugar de controlar hay que dejar que las personas tomen sus propiad decisiones; y en vez de cargar con tributos a las familias, hay que eliminar impuestos.
