Las encuestas electorales son información. Y como toda información puede ser de buena, o de mala calidad; y puede tener valor para quien sepa apreciarla y usarla. Bien aprovechada, la información que proveen las encuestas son conocimiento.
En una sociedad abierta, el conocimiento fluye libremente y se intercambia. Se aprovecha y se desperdicia como cualquier otro recurso. Está disperso, no concentrado. La gente aprende a distinguir el conocimiento de buena calidad, del que es de mala calidad. Y así se crece y se madura cívica y políticamente.
Por eso no estoy de acuerdo con quienes proponen amplir la prohibición de publicar encuestas durante el período electoral (S21, P. 8, 13/4/2008).
En una sociedad abierta, información como aquella no debe ser privilegio de unos pocos. Si se hacen encuestas, estas deben de poder ser difundidas, comparadas, evaluadas, y discutidas por los electores y los tributarios
Yo sabía que era algo así como que una semana antes de las elecciones era prohibido. O 15 días, no estoy seguro. Por que hay gente bien lista que no vota por quien mejor le parece sino por el que va hasta arriba. Y como nunca falta mas de algún medio que juega shuco y pone al candidato que le convenga en primer lugar un día antes de las elecciones… Pero eso no pasó en Guate, no. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. 😉
A veces me pregunto si no la “demo”cracia se está volviendo “encuesto”cracia. Con la precisión con que en estos países se llega a predecir el resultado electoral… ¿no sería mejor ya no hacer elecciones sino solo encuestas? Y si eso no tiene sentido, entonces, ¿qué daño o bien hacen las encuestas publicadas? Me parece que esto (como casi todo en época electoral) no es más que un circo mediático y que las prohiban o no, solo es un payasada más en la pista central.