Me adhiero a la opinión que mi amiga Claudia publicó hoy:
Inaudito el comportamiento del presidente Hugo Chávez. Demuestra su inmadurez, esa forma de actuar por impulso e intentar siempre culpar a los demás de todas las desventuras que sufre el pueblo venezolano por las decisiones de este émulo de Castro. Tanto el rey Juan Carlos como Rodríguez Zapatero demostraron en esta ocasión su madurez. Más que merecido tenía Chávez que el Rey interviniera. Tampoco podía faltar la grosera intervención de Ortega, ¡qué memoria más corta tienen los nicaragüenses al haberle elegido nuevamente! Una vez más Chávez se pone en evidencia, una vez más muestra al mundo su descontrol, valiéndose del trillado discurso que lo ha acompañado. “El Rey y el Zapatero no han mordido el anzuelo”. Y por querer ser pescador, el otro terminó siendo pescado.