09
Ene 08

Trivia socialdemocrata

Un estudio de la Oficina Nacional de Servicio Civil reporta que existen ¡194 mil plazas! en secretarías y ministerios que conforman el Organismo Ejecutivo chapín. Como yo veo el Natgeo en la tele, me gustan las trivias que hacen en ese canal. Aquí va una para los que les gustan ese tipo de cosas.

A cuánto crecerá toda esa burocrácia durante la administración socialdemócrata de Alvaro Colom:

a. 291 mil
b. 388 mil
c. 582 mil

Sólo entre la Secretaría de Bienestar Social y la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (La wannabe de Evita) hay 1125 personas viviendo de los impuestos que pagan los tributarios. Y con ese ejército, uno supondría que no deberían haber ni niños ni viejitos pasando frío en la calle. Pero no. Claro. Y cuando haya más empleados en el Organismo Ejecutivo, ¿habrá mejor seguridad ciudadana? ¿Habrá menos niños analfabetos, o menos niños muriéndose de enfermedades intestinales? ¿Usted que cree?


01
Dic 07

¡Trabajemos más!

En Bolivia, una turba incendió la casa de un senador a quien se le imputaba haberse vendido al presidente Morales. Y para no ir muy lejos, aquí en Guatemala ya hemos visto escenas de pobladores quemando casas de alcaldes, estaciones de policía y juzgados.

La primera lección de estas dos noticias es que, cuando la gente se cansa, se cansa de verdad. En tanto que la segunda lección que deberíamos extraer es que ¡¿Qué fregada necesidad hay de llegar a aquellos extremos?!

Resulta evidente que a ellos no se llega de la noche a la mañana. La suma de abusos es la que desata la furia de la plebe que, dada la naturaleza de esa furia, generalmente no concluye hasta que la violencia y la destrucción (o un muerto) sacian la sed de lo que la turba entiende por justicia.

El martes pasado, la mayoría de diputados guatemaltecos aprobó concederle a sus compañeros no reelectos una indemnización; y para más infamia los representantes se subieron el sueldo. Además. Los diputados gozarán de bonos y de canasta navideña. Por concepto de indemnización, los representatnes recibirán Q38 mil cada uno, por cuatro años de trabajo.

Este abuso de los diputados coincide con el momento en el que el Congreso aprobó un presupuesto de más de Q42 mil millones, en medio de quejas de que el dinero no alcanza para prestar los servicios mínimos de seguridad y de justicia que debería ofrecer el estado; ni para cubrir las necesidades de los pobres que, supuestamente, ocupan a la administración.

Dicho presupuesto incluye aportaciones para cuanto grupo de interés puede conseguir una. Si a aquellas tajadas les sumamos la sinvergüenzada de los diputados, se confirma que el propósito del gobierno chapín es transferir la riqueza a aquellos que tienen poder político; y que la consigna para los tributarios es: ¡Trabajen más duro!, porque los que viven del presupuesto dependen de ustedes.

Estas dos últimas observaciones me llevan a preguntar: ¿Quién tiene la culpa de que los diputados abusen como abusan?

A lo largo de la historia política de Guatemala, como electores y como tributarios, los chapines hemos tenido una actitud de súbditos más que de ciudadanos. Con inocencia impresionante, nos quejamos de lo ineptos y de lo corruptos que son los políticos, pero no vacilamos en entregarles nuestros ahorros y en encargarles tareas de importancia. ¿Cómo explica usted semejante incoherencia?

A lo largo de la historia política del país, las dirigencias se han apartado de los principios y han caído en las redes de la ambigüedad y del relativismo. El intercambio de concesiones y la tolerancia de la apariencia sobre la realidad han sido las actitudes corrientes en las relaciones sociales y en las relaciones de poder. El bueno, entonces, no es el que no roba; sino el que sabe distinguir cuándo y entre quienes es aceptable tomar los ahorros ajenos por la fuerza, y cuando hay que hacerlo con discreción.

La culpa del IETAAP, por ejemplo, no la tienen tanto los políticos, los burócratas y los grupos de interés que viven del presupuesto del estado, sino aquellos que, cuando se le conocía como ISET, hicieron concesiones y aceptaron la imposición de un tributo “extraordinario y temporal”.

Si los diputados se salen con la suya en cuanto a recibir las indemnizaciones que se han recetado, y si la administración se sale con la suya en cuanto a la ampliación de la vigencia del IETAAP, la culpa la vamos a tener los electores y tributarios que permitimos que aquello ocurriera. Y un día de estos nadie va a saber ni cómo ni cuándo pasó, pero, ¡Dios no lo quiera!, la gente se va a cansar de tanto abuso. Los Chávez y los Evos, así como las quemas de casas de políticos, no ocurren en el vacío. Están precedidos por historias de abusos que fueron dejados pasar, y por élites incapaces de comprender que la vida, la libertad y la propiedad deben ser defendidas; no negociadas. Trabajemos más, pues; porque los que viven del presupuesto, dependen de nosotros.

Publicado en el diario Prensa Libre el sábado 1 de diciembre de 2007


28
Nov 07

¡Canallas!, con razón no alcanza la plata

El presupuesto del estado de Guatemala crece y crece, como crecen, también, las presiones para que la administración eleve los impuestos. Esto es porque muchos grupos de interés dependen de aquella piñata para su existencia. Claro que no hay dinero para el Organismo Judicial, ni para seguridad ciudadana; pero si lo hay para canalladas como la indemnización para los diputados.

Con una moción sorpresiva el Congreso aprobó -de urgencia nacional- reformas a la Ley de Servicio Civil de ese organismo, que permiten que diputados que no fueron reelectos reciban indemnización al dejar el cargo. ¿Para eso necesitan el IETAAP?

Pero claro, la culpa no la tiene el loro, sino quien le enseña a hablar. La culpa la tienen los que aceptan la existencia de impuestos extraordinarios, la de tributos progresivos, y la de impuestos que no reflejan el costo de tener una administración que sirve a intereses particulares a costa del interés general.