Basada en la historia real de Preston Tucker, un diseñador de autos visionario, del siglo XX. La peli cuenta sobre la lucha de un hombre para diseñar y fabricar el auto del mañana; un vehículo con características de diseño y de seguridad (tales como cinturones) que, desde entonces son comunes en todos los autos. Como presagio de eventos políticos que ocurrirían después, los tres grandes fabricantes de autos, de Detroit, contratan al senador de Michigan Homer Ferguson, para destruir el negocio de Tucker por medio de una investigación de la Securities and Exchange Commission. En el apasionado cierre de su declaración, durante el juicio que se le sigue, Tucker elogia al sistema de libre empresa por facilitar que individuos de cualquier raza, credo o clase tengan éxito. Explica que, en un sistema así, florecen las ideas novedosas; pero que, cuando interviene el gobierno, por medio de regulaciones, impuestos, el estado de bienestar corporativo, entonces los emprendedores y sus innovaciones que podrían cambiar el mundo para mejor son aplastadas por la burocracia; y la libertad es hecha a un lado.