“La caída de los precios del crudo aún no se refleja en el combustible”, es una de las quejas que se leen con frecuencia en los diarios. En New York el petróleo bajó $5.75 y los contratos de gasolina para entrega a futuro descendieron $0.125. Sin embargo, en Guatemala, el galón de gasolina súper sigue a unos $4.85.
Mucha gente se pregunta que si el costo del petróleo ha bajado, ¿por qué no baja aquí la gasolina? Esa gente cree que los precios son la suma de los costos; y que cuando los costos suman más los precios suben, así como que cuando los costos suman menos, los precios bajan. Yo creía eso cuando era pequeño.
Los precios cumplen tres funciones importantes:
a. Comunican información
b. Permiten hacer el cálculo económico para asignar recursos
c. Ayudan al racionamiento
y resultan, no de la sumatoria de costos, sino de las valoraciones de las personas, expresadas en su capacidad para demandar, que está determinada por lo que las personas pueden dar a cambio; en íntima relación con la oferta.
Todos los consumidores ordenamos nuestras prioridades de compras de acuerdo con nuestro poder adquisitivo. Por medio de nuestras compras empujamos los precios para arriba hasta eliminar del mercado a quienes ya a ese precio no están en disposición de comprar. Y al reves: Cuando las personas quieren menos o cuado al precio existente el número de compradores disminuye, empujamos los precios para abajo hasta eliminar del mercado a quienes ya a ese precio no están en disposición de vender.
En resumen: la gasolina no baja porque los consumidores todavía estamos en disposición de comprar. Nuestras compras de combustible le informan a los vendedores de gasolina que el precio está bien.
¿Qué puede hacer el gobierno al respecto? Puede dejar de inflar, para evitar que el dinero sin respaldo en manos de consumidores demandantes empuje los precios para arriba. Lo que no debe hacer es meterse a controlar el precio de la gasolina. Si lo hace, el precio controlado enviará información mentirosa a los demandantes y a los oferentes; y esa información falsa ocasionará asignaciones de recursos antieconómicas. Y en esas condiciones habrá desperdicio de combustibles…o escasez.
Los combustibles bajarán, si se dan las condiciones necesarias para que bajen.