¡Hoy es el Día de la Marimba!; y a mí la música de las teclas de hormigo me enchina la piel. Como lo he hecho en otros años les comparto una de mis piezas favoritas para ese instrumento: Río Polochic.
El autor de esta hermosa pieza es Rodolfo Narciso Chavarría; y a mí me trae a la memoria fiestas alegres en la casa de mis padres con ocasión de sus cumpleaños y en la de mi abuela, Frances. También me recuerda a mi bisabuela, Adela, cuyas manos llevaban el ritmo de la música de marimba, aún cuando sus piernas ya no podían llevarla a lo ancho y lo largo del salón.
Mami tenía una marimba extraordinaria. Aún recuerdo que mi pecho temblaba cuando sonaban sus teclas y me paraba frente a ella para sentir la vibración y sus notas.
Ese instrumento fue fabricado por Rosendo Barrios, propietario de la famosa Fábrica Internacional de Marimbas; y uno de los orgullos de Mami era su marimba.
En un reportaje titulado Una voz de madera, Mario Barrios (hijo de don Rosendo) contó que la última marimba fabricada por su padre fue la del Hotel Casa Contenta, en Panajachel. En aquella época la propietaria de aquél establecimiento legendario era mi bisabuela, Adela Schuman de Morales, y ella le dijo a don Rosendo: Quiero una marimba que suene. Dicho y hecho. De la fábrica salió una marimba tallada al gusto; pero, sobre todo, potente. Tanto que el sonido rompió los vidrios del lugar, cuenta el reportaje por Christa Bollman que fue publicado en la Magazine 21, el domingo 24 de enero de 2002.