Para explorar verdades y desafiar el pensamiento único

 

Hoy, que en Guatemala se celebra el Día del periodista es una ocasión propicia para recordar por qué es importante la libertad de expresiones.  Esta, por cierto, no es particular de quienes ejercemos alguna forma de periodismo, sino de todos por igual, sin distinción, ni privilegios.

La libertad de expresión es una manifestación del derecho a la libertad, que es el derecho de actuar sin estar sometido a coacción arbitraria, o sea, voluntariamente de acuerdo con el mejor juicio propio; y  es útil para tres cosas: proteger la dignidad humana, controlar la actividad social y estatal; y buscar la verdad.

La ilustración la tome de Facebook.

Nadie, nadie, nadie debería ser perseguido penalmente por expresarse y, de hecho, la libertad de expresión tiene más valor cuando lo que se expresa es contrario a las ideas prevalecientes, o podría incomodar a alguien más.  El límite, claro, es la mediana decencia, pero no es un límite penal, sino moral.

La libertad de expresión es la facultad de decir con enunciados, o mediante otros signos lo que se piensa, siente, o desea. Hace posible la exploración de ideas y posibilidades que pueden ser verdaderas -que sean producto de la identificación de hechos de la realidad-…o no. Uno deja de ser un individuo pleno y digno si debe callarse por temor a la legislación, al poder, o al linchamiento.

Como contralora de la actividad de los individuos en sociedad y de las actividades de aquellos que ejercen el poder (formal, o informalmente), la libertad de expresión nos faculta para cuestionar, o reforzar las costumbres y las ideas.  Nos permite poner en duda, o consolidar las facultades de aquellos que -por el momento- ejercen el poder; y las de aquellos que son sus patrocinadores, electores, o clientela. La libertad de expresión hace posible la discusión cívica de nuestros sistemas de creencias, de nuestros patrones de crianza y de nuestros valores.

Como herramienta para la búsqueda de la verdad, la libertad de expresión hace posible que pongamos a prueba nuestras ideas, tecnologías, conocimientos y más.  Es peligroso que una marea de pensamiento arrase con la diversidad de perspectivas e ideas (sobre todo si no es orgánica, sino impuesta y como consecuencia de la intimidación, o de la fuerza).  Sin la posibilidad de explorar, someter a prueba, o expresar lo  aún no ideado, o lo diferente, ¿cómo podemos aprender de nuestros errores e identificar lo que es falso? ¿Cómo podemos aprender de nuestros éxitos e identificar lo que es verdadero?

En ausencia de plena libertad de expresión se imponen el pensamiento único y la historia única; y como dijo Chimamanda  Adichie, es imposible hablar de pensamiento único sin hablar de poder.

En Guatemala el Día del periodista se celebra el 30 de noviembre en conmemoración de la primera tirada de La Gaceta de Guatemala.

¡Felicidades a mis amigos periodistas y a aquellos periodistas que buscan la verdad!

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