Barbarie contra civilización

Comparto criterio con quienes opinan que estas son manifestaciones del choque de dos sistemas de valores, que es imposible que coexistan.

Anoche, docenas de turcos franceses asaltaron barrios armenios de Lyon, Francia el 28 de coreando la consigna islamista:  ¡Allahu Akbar!, que significa Dios es grande. Unas 150 personas también coreaban consignas como ¿Dónde están los armenios? y ¡Que se joda Armenia!

La foto de los sucesos en Lyon, Francia, la tomé de aquí https://bit.ly/3echPb0

Ayer, también, el Presidente de Turquía condenó la portada de la revista francesa Charlie Hebdo, que hizo una caricatura suya, en paños menores, viéndole el derrière a una mujer que sostiene dos copas en una bandeja.  El turco amenazó a Francia con medidas diplomáticas y judiciales. Seguramente recuerdas Charlie Hebdo por los asesinatos islamistas de 2015.

Al respecto de aquel tipo de reacciones te recomiendo dos videos:

  • Zineb El Rhazoui, que se salvó de morir en el atentado terrorista contra el equipo de Charlie Hebdo, cuenta su experiencia.
  • Flemming Rose, ex editor del diario Jyllands-Posten de Dinamarca cuenta su experiencia luego de una serie de caricaturas del profeta islámico Mahoma.  Aquella decisión editorial de Flemming lo convirtió en blanco de Al-Qaeda.

Hace unas horas en la iglesia de Notre Dame, de Niza, Francia, fueron asesinadas dos mujeres y un hombre por un sujeto al que algunos testigos oyeron gritar ¡Alá es grande! Una de las mujeres, aparentemente, fue degollada. El alcalde del lugar dijo que una de las mujeres fue atacada con el mismo modus operandi que Samuel Paty, en referencia al profesor de historia y geografía que fue decapitado, el 16 de octubre pasado, por un terrorista checheno e islamista, a la salida de una escuela cerca de ParísAl parecer el atacante habría intentado decapitar a la víctima pero no lo logró y ha acabado degollándola.

Es una guerra de la barbarie, contra la civilización. Una en la que están involucrados -puede que sin estar consccientes de ello- los que saquean y queman en Filadelfia, Seattle y Portland (por citar tres ciudades); los que pretenden cancelar a Miguel de Cervantes y a Ludwig van Beethoven (por citar tres genios de occidente), los que incendian iglesias y el metro en Chile y otros de esa jaez.

Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta, escribió Arturo Pérez-Reverte, que añade: lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: “Degollad a quien insulte al Profeta”. Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: “Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia”.

Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros, dice el genial escritor.

¿Es posible afrontar y ganar esa guerra? Sí, y sólo sí la asumimos sin complejos, armados con las ideas filosóficas correctas.  Ideas que son radicalmente opuestas a las de la barbarie.

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