Las encuestas no son bolas de cristal, ni son instrumentos para el vaticinio; pero -si están bien hechas- son herramientas. Escribí ayer, y repito, que me gustan las encuestas porque -si están bien hechas- son instrumentos para ver por donde va la bolita, para tratar de entender y para tomar decisiones. Hoy fue publicada la Encuesta libre y el dato que salta a la vista es que 48% de los consultados no tiene claro por quién votará el domingo, en la elección presidencial. Ese porcentaje se eleva a 61% en el área metropolitana donde tengo la sospecha que el voto es un poquitío menos clientelar y duro que en el interior urbano y en el área rural. Y luego…¿a cuántos de los que dicen estar indecisos, en realidad lo que les pasa es que les da vergüenza decir por quién van a votar? Sospecho que, dada la mala calidad de la oferta, hay por ahí mucho voto vergonzante. Esto es como el beisbol: nada está escrito hasta la última entrada y todo es posible.
No sorpende que Sandra Torres encabece con 20.2% de intención de voto; ni que sea seguida por Alejandro Giammattei con 14.4%. Tampoco que este sea seguido por Edmond Mulet con 8.5% y Roberto Arzú con 8%. No extraña que Sandra Evita Torres cuente con 29.6% en el área rural donde su voto clientelar y su organización son sus fuertes. ¿Ves? 52% de los encuestados creen que ayuda a los pobres porque es regalona; pero, eso sí, es ella la que capitaliza la mayor cantidad de rechazo y antivoto: 49% de los encuestados dicen que no votarían por ella y sea cifra es 5 puntos mayor ahora, que hace tres meses. En esa dirección da algo de risa que 25% de los que le darían su voto a Roberto Arzú creen que es honrado y confiable. De cualquier manera, Sandra Torres es la candidata a derrotar. ¡Con todo!
Según la Encuesta libre, Thelma Cabrera tiene 7.6% y está en empate técnico con Roberto Arzú y Edmond Mulet. En parte, creo que eso es consecuencia del empujón que le dió Thelma Aldana y del efecto CICIG-Lovers; también de la organización que tiene la Codeca en el área rural donde ella tiene 7.1% de intención de voto y en el área urbana interior donde tiene 8%, no lejos del 7.1 que tiene en el área Metropolitana. Eso, por cierto, tampoco está muy lejos del 5% que tradicionalmente han tenido otras opciones de esa línea cercanas a la exguerrilla. Pablo Ceto de URNG-Maíz anda por 1.3%, Manuel Villacorta de Winaq (el partido de Rigoberta Menchú, la Premio Nobel) escasamente araña 1.2% y Benito Morales ni llega a 1%. Treinta y seis años de terrorismo, violencia y muerte están terminando en esto. Ahora Thelma Cabrera recoge el estandarte y da grima que 37% de sus votantes -un electorado bien clientelar- estiman que ella representa honradez y confiabilidad. ¿Vas a creer que la candidata de los ladrones de energía eléctrica -Codeca y su patrocinado el MLP- representa honradez y confiabilidad? Toma nota de que el voto de rechazo hacia esta candidatura ha subido de 7% a 12% entre marzo pasado y esta encuesta.
Dice la Encuesta libre que en la segunda vuelta si fuera Torres vrs. Giammatei, aquella tendría 32% y este 54%; que si el balotaje fuera entre Torres y Mulet, aquella tendría 36% y Mulet 42%; y que si la segunda vuelta fuera entre Torres y Boberto, perdón, Roberto Arzú, Torres tendría 33 y Arzú 46%. Pero estos porcentajes no toman en cuenta las campañas negras que se verán entre la primera y la segunda vuelta. Vete preparando para la inmundicia.
En el balotaje habrá que defender el voto contra Torres, con todo. ¡Nadie debe quedarse en su casa y rehuir a la responsabilidad de evitar que Torres se haga con la Presidencia!
Como escribí ayer hay dos grandes tipos de encuestas; las mandadas a hacer para influenciar la opinión pública y las reales. Un grupo de interés (o grupo políticos) puede que quiera publicar una de las primeras, pero se engaña si toma sus decisiones con base en estas. Si un grupo de interés quiere identificar racionalmente la verdad para tomar decisiones, necesita encuestas reales.
Cuando un grupo de interés (o grupo político), o medio de comunicación, o centro de pensamieneto publica su encuesta, pone en juego su credibilidad. Es mucho lo que pone en juego. Sobre todo si hay competencia de encuestas. De ahí que es bueno que haya competencia de encuestas y encuestas publicadas por centros de pensamiento, medios de comunicación y así. El domingo por la noche, o el lunes por la mañana, podemos comparar quienes le atinaron y quienes no.
Gracias a Prensa Libre por esta herramienta; y si tienes curiosidad, lee las meditaciones que hice sobre la encuesta de la Fundación Libertad y Desarrollo.